Cuando una pareja hace planes de boda, se profesa su amor y devoción. Pero pocas veces toca el tema realmente importante antes de dar el sí: el dinero.
¿Le parece frío y poco romántico? Quizá. Pero las finanzas son un elemento vital en el matrimonio.
Las parejas no se pelean por temas de amor, sino por dinero.
Lo que muchas parejas no entienden es que el dinero pocas veces es el culpable, sino la falta de comunicación y el desconocimiento de las costumbres y creencias sobre finanzas de cada uno.
Así que, en algún momento entre el "Sí quiero casarme contigo" y la boda en sí, su pareja y usted necesitan tener "la conversación sobre dinero", las preguntas clave que se deben hacer el uno al otro y que le darán una idea de cómo fluirá el efectivo en su matrimonio.
1. ¿Cuáles son sus activos y pasivos? Esta pregunta es esencial porque los activos y pasivos son los cimientos de la vida financiera de la pareja. Los activos (cuentas bancarias, inversiones, planes de retiro, vivienda) le ayudan a conseguir la vida que desea. Los pasivos (hipoteca, deuda de tarjetas de crédito, préstamos de automóvil y arrendamientos) actuarán de freno.
2. ¿Cuál es su historial con el dinero? Las experiencias financieras que tuvo cuando era pequeño —cómo administraban sus padres las cuentas, cómo hablaban o discutían sobre el dinero, lo que le enseñaron sobre el ahorro y los gastos— lo han hecho ser quién es ahora.
Las parejas no siempre ven el dinero con la misma perspectiva. Puede que la única deuda que usted acepte sea la de una hipoteca, pero su futuro esposo usa constantemente una tarjeta de crédito para pagar desde el almuerzo hasta las compras del supermercado, paga el mínimo cada mes y deja que se acumule el saldo.
3. ¿Cómo dividir las responsabilidades financieras? En muchos matrimonios, una persona ejerce el dominio financiero, provocando en el cónyuge más callado ansias y enfado. En otras ocasiones, el desinterés de uno hace que el otro asuma la carga de administrar las cuentas. Ni una ni otra situación son justas.
Las parejas deben determinar cómo dividirse las obligaciones financieras. Uno podría ocuparse de las inversiones y el otro de las cuentas bancarias. Apóyense en los puntos fuertes de cada uno. Si maneja bien los temas burocráticos, encárguese usted de las aseguradoras y de las facturas médicas. Incluso si no quiere nada que ver con el manejo del dinero, esté al tanto de las cuentas para que no se lleve sorpresas.
4. ¿Cuentas combinadas o individuales? Éste es un tema controversial. Muchos asesores financieros consideran que operar cuentas individuales ayuda a mantener la paz marital.
Pero pueden surgir resentimientos si uno es mejor con el ahorro y siempre tiene más dinero disponible. Las cuentas individuales no dejan saber cuál es la verdadera posición financiera de la pareja ni cuánto se ahorra o se invierte, por lo que es imposible planear un mismo futuro.
En resumen, todas estas preguntas giran en torno a una sola cosa: comunicación. Aprenda a hablar de dinero a menudo y temprano, para poder mitigar las tensiones financieras comunes en todos los matrimonios.
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