A la vez, los considerables superávits comerciales de Alemania con sus vecinos del sur están motivando llamados para que haga más para ayudar a resolver los problemas de los atribulados estados miembros en lugar de ofrecer consejos sobre medidas de austeridad.
Alemania envía el 43% de sus exportaciones a los países dentro de la eurozona de 16 miembros. Los envíos a países en la vulnerable franja del sur de Europa —un grupo que incluye a Grecia, España, Portugal e Italia— representan alrededor de un 12% del total.
Eso significa que si los problemas de crédito de Grecia se extienden a países más grandes dentro del área de la moneda común, como España, las repercusiones para la economía alemana serían serias.
Alemania ha estado "financiando a gran parte de Europa" afirma Nick Kounis, economista jefe europeo de Fortis Bank, "pero también se beneficia mucho de la zona de la moneda única".
Muchos economistas sostienen que el desequilibrio comercial de Alemania con sus vecinos del sur de la zona euro ha contribuido a sus problemas. La industria alemana impulsó la competitividad de sus exportaciones durante la última década en parte manteniendo los salarios sin cambios.
Este factor ha ayudado a las exportaciones alemanas, que representan alrededor del 40% de la economía del país. Los críticos afirman que la dinámica salarial también ha reducido el gasto de los consumidores alemanes, lo que perjudicó las exportaciones de otros países europeos a la mayor economía de Europa.
El resultado es uno de los mayores superávits comerciales del mundo, que alimenta al Producto Interno Bruto de Alemania pero que se resta del de sus vecinos.
"No estoy seguro de que sea un modelo sustentable para todo el grupo", indicó la ministra de Finanzas francesa, Christine Lagarde, en una entrevista con el Financial Times el lunes, al referirse a la presión de Alemania sobre sus costos laborales. "Claramente necesitamos una convergencia mejor".
Una demanda más fuerte en Alemania podría impulsar el crecimiento económico en Grecia, España y otras economías con problemas, lo que les facilitaría poner en orden sus finanzas públicas. "Si los alemanes gastan más, importarían más" del resto de la zona euro, afirmó Howard Archer, economista europeo de IHS Global Insight en Londres.
Alemania, como China, se ha visto sometida a la presión internacional desde la crisis financiera de 2008 para reequilibrar su economía y hacerla menos dependiente de las exportaciones, y para contribuir más a la demanda global. "No podemos regresar a la era en la que los chinos o los alemanes u otros países simplemente nos venden todo, y nosotros nos endeudamos con tarjetas de crédito o préstamos hipotecarios pero no les vendemos nada a ellos", afirmó el presidente estadounidense Barack Obama en septiembre.
Las autoridades alemanas rechazan las críticas sobre la concentración del país en las exportaciones. Durante una época de problemas económicos, Alemania no ha estado dispuesta a adoptar más medidas de estímulo porque aumentarían su déficit presupuestario.
El gasto del consumidor alemán cayó un 1% en el cuarto trimestre del año pasado, mientras las exportaciones saltaron un 3%, al beneficiarse de la recuperación de la demanda de otros países.
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