Al concluir la sesión bursátil, por un euro se pagaban 1,3609 dólares, frente a 1,3741 dólares el miércoles, de manera que para adquirir una moneda estadounidense se necesitaban 0,7348 euros, comparado con 0,7277 euros en la sesión previa.
Respecto de la moneda japonesa, el dólar se cambiaba a 90,35 yenes, frente a los 90,26 yenes de la sesión anterior. El avance de la moneda estadounidense coincidió con la difusión de datos que apuntan a una mejoría de la actividad manufacturera en EEUU y otros que mostraron una tendencia bajista en las peticiones de subsidios por desempleo, además de mantenerse contenidos los precios a nivel de consumidor.
Los expertos relacionaron el fortalecimiento del dólar también con un ambiente de inquietud en torno a Grecia y a su capacidad de conseguir asistencia de sus socios europeos. El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, ha pedido a los líderes europeos que aprueben la próxima semana un mecanismo de ayuda financiera, aunque insistió en que su país no necesita por el momento fondos de la Unión Europea.
El yen, por su parte, se mantenía en un rango estrecho frente al dólar, por debajo de su mínimo en tres semanas de 91,09 registrado la semana pasada. Los operadores dijeron que esperaban que el yen se mantuviera estable, cerca de la cota de los 90 yenes por dólar o ligeramente por debajo de este nivel, debido a la repatriación de fondos japoneses por parte de los exportadores nipones antes del cierre del actual ejercicio fiscal a finales de marzo.
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