Para los pequeños negocios que buscan consejos, Internet provee el consultor ideal: el consumidor.
Toda clase de nuevas empresas y pequeñas compañías usan Internet para involucrar a los clientes en decisiones que van desde qué vender, a cómo funcionan los productos y cómo se ven, cuánto deben valer e incluso cómo opera la compañía. Esto incluye cuántas horas debería estar abierta y cómo debería organizarse el espacio.
Para los propietarios de negocios que no tengan mucho dinero y posean un margen de error pequeño, hay dos grandes ventajas de usar a los consumidores como asesores: son más baratos que los asesores profesionales que usan normalmente las compañías más grandes. Y el resultado final probablemente satisfará a los clientes porque participaron en su creación, dice Ken Zolot, un investigador invitado en la Fundación Ewing Marion Kauffman, un grupo sin fines de lucro que promueve las iniciativas empresariales.
Algunas compañías llevan a cabo sondeos de manera informal, lanzando preguntas o ideas a sus seguidores en Twitter. Otros usan blogs o establecen comunidades virtuales en Internet donde piden a clientes que califiquen o generen ideas.Hay que tener en cuenta que este enfoque puede tener sus inconvenientes, dicen los expertos de proyectos empresariales. Siempre existe el riesgo de que el grupo que ofrece los aportes no sea representativo de la gente que realmente vaya a comprar el producto más adelante. Y la innovación podría verse perjudicada.
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