No colocar todos los huevos en la misma canasta es el principio más básico de la inversión. También es el más difícil de cumplir.
Durante mucho tiempo, los asesores financieros han aconsejado a los accionistas que para tener un portafolio convenientemente diversificado deben tener acciones sólo de entre 10 y 40 compañías. Incluso el gran analista de inversiones Benjamin Graham aconsejaba procurar una "diversificación adecuada pero no excesiva", que él fijó en entre 10 y 30 valores.
Como muchos estudios han demostrado, se puede reducir al menos 40% de la variabilidad en retornos al pasar de una compañía a 20. Una vez que un portafolio contenga de 20 a 30 acciones, sumar más no hará mucho a la larga por reducir las fluctuaciones de valor.
Pero estas investigaciones sobre diversificación se basan en el resultado promedio de un gran número de portafolios generados por computadora.
Sin embargo, sucede algo completamente distinto cuando personas de carne y hueso tratan de añadir acciones de una en una.
Don Chance, profesor de finanzas de la escuela de negocios de la Universidad Estatal de Louisiana, les pidió a 202 alumnos de administración de empresas que seleccionaran una acción de su preferencia y que luego añadieran una segunda, tercera y así sucesivamente hasta compilar un portafolio de 30 acciones.
Estos resultados no sorprenden a Allan Roth, un planificador financiero de Wealth Logic, en Colorado. "Los humanos no pueden pensar de manera aleatoria", dice Roth. "Una vez que la gente piensa en Exxon Mobil, es mucho más probable que piensen en Chevron u otra acción petrolera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario