La forma en la que Robb y sus amigos usan sus teléfonos ilustra hacia dónde se dirige la tecnología para el consumidor. Usan sus teléfonos sin parar hasta el punto en que su vida social depende de ellos. Las cosas están cambiando rápido. Cuando Winston Yan, un amigo de Robb de 21 años, llegó a Harvard en 2006, tenía un teléfono que ni siquiera tenía funciones de email.
El interés por los teléfonos inteligentes está atrayendo a un nuevo universo de estudiantes a las clases de informática, dice David Malan, que enseña Ciencia Informática 50, el curso de introducción en Harvard.
"La Guía No-Oficial a la Vida en Harvard" había sido publicada por un grupo estudiantil en los años 70, pero nadie quería andar cargando un libro enorme a la hora de buscar dónde comprar comida china, explica Yan.
El año pasado, Yan y Bick lanzaron la primera versión de la aplicación para el iPhone. La guía gratuita ha sido descargada unas 2.500 veces. Allí, los usuarios pueden encontrar información sobre 900 cafés, restaurantes y otros negocios en Cambridge.
El grupo ganó un premio de US$10.000 patrocinado por AT&T. El verano pasado, se unieron al equipo Joy Ding, Cameron Spickert y Robb para mejorar la aplicación y trabajar en proyectos nuevos.
Los veinteañeros de hoy en día "crecieron interactuando con las personas de una manera especial, escribiendo cosas y compartiendo fotos. Y eso es con lo que se sienten cómodos", explica Drew Bamford, director del departamento de experiencia del usuario en el fabricante de celulares HTC Corp.
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