El alicaído mercado inmobiliario estadounidense enfrenta un nuevo obstáculo: un salto en el costo de la madera.
Los precios de la madera aumentaron 32% en el mercado de futuros este año, un alza repentina e imprevista que podría obligar a los constructores a incorporar un gasto extra.
"Es lo último que necesitamos en este momento", dice Stephen Melman, director de servicios económicos de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas de Estados Unidos.
El alza en los precios de la madera contrasta con un declive en la mayoría del resto de las materias primas, como los combustibles y metales, que han enfrentado a una demanda más débil en medio de una frágil recuperación de la crisis financiera.
Sin embargo, los precios de la madera se dispararon debido a una escasez de oferta. Cuando el mercado inmobiliario colapsó, los aserraderos en EE.UU. y Canadá redujeron la producción. Según Random Lenghts, un proveedor de datos de la industria, la producción maderera cayó en 2009 a un 45% de los niveles registrados en 2005.
Los vendedores al por mayor recortaron sus propios inventarios y tuvieron pocos incentivos para reponerlos el año pasado. Las viviendas son la mayor fuente de demanda de madera y las ventas de casas nuevas en EE.UU. cayeron 7,6% en diciembre frente al mes anterior, a 342.000 unidades.
Así que cuando los constructores del país comenzaron a renovar su inventario para prepararse para la temporada de construcción que comienza en marzo había poca oferta, lo que puso presión sobre los precios. Algunas firmas, además, aumentaron la construcción especulativa apostando a que un crédito impositivo del gobierno estadounidense para la compra de inmuebles a punto de vencer impulsaría el mercado.
"Cualquier aumento en la demanda les permitirá a las madereras aumentar sus precios", informa Gary Vitale, presidente de la Asociación Norteamericana de Venta Mayorista de Madera.
El 5 de enero, los compradores de madera recibieron un incentivo adicional para cerrar acuerdos de cargamentos. Canfor Corp., un importante productor canadiense con sede en Vancouver, anunció el cierre temporal pero indefinido de una planta, lo que implica que dejan de producirse más de 600.000 metros cúbicos de madera en una base anualizada; o el equivalente a 0,5% de la producción total de EE.UU. y Canadá en 2009.
El día después del anuncio de Canfor, los futuros de madera en la Bolsa Mercantil de Chicago cerraron con un aumento de 15%. Los precios siguieron subiendo ese mes y alcanzaron su pico para el año de US$279 por 1000 pies tablares (2,36 metros cúbicos) el 4 de febrero, según Thomson Reuters. Miembros de la industria describieron un frenesí de compras desconectado de la actividad económica real.
Los constructores de viviendas lidian con las consecuencias. Steve Petruska, director general de operaciones de Pulte Homes Inc., el mayor constructor de viviendas de EE.UU., les dijo a inversionistas el 9 de febrero que su empresa responde al aumento de precios al intentar mantener bajo control los costos laborales. Predijo que la situación "no será tan desfavorable".
Sin embargo, el aumento de precios de enero fue una buena noticia para Weyerhaeuser, el gigante forestal, que el 5 de febrero reportó una pérdida neta para el cuarto trimestre de US$175 millones. Tom Gideon, un alto ejecutivo, les dijo a inversionistas que la firma estaba "gratamente sorprendida".
Las madereras perdieron demasiado dinero durante los años flojos antes de finalmente recortar turnos de trabajo y dejar inactivas plantas, y no tienen el capital necesario para reanude las operaciones que paralizaron, señala Matt Layman, editor de la Guía de la Madera Layman.
La industria también espera ver si la demanda de madera de hecho rebota, más allá de la renovación de inventario anual.
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