Los inversionistas reaccionaron a las minutas de la última reunión de la
Reserva Federal para fijar sus políticas, las cuales mostraron que la
Fed está renuente a elevar las tasas de interés próximamente.
Al cierre de la tercera sesión de la semana, el Dow ganó 274,83 puntos
hasta 16.994,22 unidades, prácticamente lo que había perdido en la
jornada anterior y volviendo a rozar los 17.000, después de que las
preocupaciones del banco central estadounidense por el crecimiento de la
economía alejaran los miedos a una subida de los tipos de interés.
Por su parte, el selectivo S&P 500 terminó con un ascenso del 1,75%,
creciendo 33,79 puntos hasta las 1.968,89 unidades, y el índice
compuesto del mercado Nasdaq ganó un 1,90%, llegando a los 4.468,59
puntos tras crecer 83,39 enteros.
La jornada estuvo dubitativa hasta que la Fed hizo públicas las minutas
de su última reunión de Mercado Abierto. En ellas, tras varias tandas de
optimismo, recortó sus previsiones de crecimiento a corto plazo, mostró
su preocupación por la fortaleza del dólar y cómo afecte al mercado
externo y, finalmente, reflexionó sobre la debilidad de la eurozona.
Estos apuntes sobre la economía mundial, si bien son negativos, parecen
replantear la decisión de la máxima autoridad monetaria estadounidense
de subir las tasas de interés, el gran temor de los inversores, y por
ello justificó un "rally" potenciado también por la necesidad de los
operadores de bolsa de aferrarse a la esperanza.
Antes de la publicación de las minutas, la jornada había recibido otras
noticias desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), que concluyó que
el crédito de los bancos a las empresas de la zona euro sigue siendo
"anémico", y que las entidades financieras que representan el 70% de los
activos "no son lo suficientemente fuertes para hacer fluir el crédito
en apoyo de la recuperación".
Todos los sectores de Wall Street se colocaron en los números verdes,
destacando el sanitario (2,07%), las materia primas (1,86%) y el
tecnológico (1,78%).
En otros mercados, el petróleo de Texas siguió su caída libre y cerró a
87,31 dólares el barril, el oro subió a 1.223,1 dólares la onza, la
rentabilidad de la deuda pública a 10 años bajó al 2,317 % y el dólar
perdía ante el euro, que se cambiaba a 1,2739 dólares.
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