Wall Street cerró con fuertes descensos y el Dow Jones de Industriales,
su principal indicador, perdió más de 300 puntos y cayó un 1.97%, justo
un día después de haber vivido su mejor alza en lo que va del año.
De
este modo, la Bolsa de Nueva York sucumbió a los temores de los
inversores sobre el impacto que el enlentecimiento del crecimiento
mundial, principalmente en Europa, pueda tener en las empresas
estadounidenses.
Según
los resultados definitivos al cierre, el Dow Jones cayó 334.97 puntos a
16,659.25 unidades y el tecnológico Nasdaq 90.26 puntos a 4,378.34
unidades.
El índice ampliado S&P 500, por su parte, cayó 2.07% o 40.68 puntos a 1,928.21 unidades.
Durante
la jornada hubo buenas noticias sobre la economía estadounidense, tanto
en el frente del empleo como de los resultados de empresas. Sin
embargo las inquietudes sobre el crecimiento en Europa, alimentadas
por indicadores de Alemania, primaron" en la bolsa.
Si
se tiene en cuenta el porcentaje, la caída del Dow Jones de este jueves
es la peor desde el 3 de febrero pasado, cuando perdió un 2.08%, pero,
teniendo en cuenta los puntos, es aún peor: 334.97 puntos de descenso de
este jueves frente a los 326.05 del 3 de febrero.
Fue una
jornada de gran volatilidad, la mayor en los últimos meses. De hecho,
fue heredada: el Dow Jones de Industriales ha tenido variaciones al alza
o a la baja en más de 200 puntos por tercer día consecutivo.
A
nivel local, nada hacía pensar que hubiera razones para una caída tan
pronunciada: a la apertura de la sesión se conoció que la cifra semanal
de solicitudes de desempleo bajó por cuarta semana consecutiva, algo que
no ocurría desde febrero de 2006.
En otra sesión, ese dato pudo
haber impulsado al alza a Wall Street, pero no fue así, y el lastre de
razones externas se hizo sentir y fue empujando hacia abajo los
indicadores hasta las cifras finales.
Tras
la difusión de estadísticas alarmantes sobre la industria y las
exportaciones al comienzo de la semana, los cuatro grandes institutos de
coyuntura alemanes revisaron este jueves en baja sus previsiones de
crecimiento de la primera economía de Europa en 2014 y 2015.
Los
analistas atribuyeron la caída a varias razones, incluyendo
declaraciones del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario
Draghi, en las que dijo que sin bancos más sanos o reformas económicas
el crecimiento económico de Europa no será efectivo.
Asimismo, la
directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine
Lagarde, aseguró en Washington que existe un 40 por ciento de
posibilidades de que la zona del euro vuelva a caer en una recesión.
No
contento con estas razones, Wall Street sumó a sus angustias la crisis
del ébola, que cada día preocupa más a Estados Unidos, donde ya ha
muerto un infectado que había viajado a Liberia y que puede tener un
fuerte impacto económico se extiende por el país.
Con el mercado
bursátil a la baja, los inversores buscaron refugio en otros lugares: el
precio del oro, por ejemplo, estaba subiendo por encima del 1.5% este
jueves.
A pesar del sopetón, algunos
inversionistas, demostrando sangre fría, aseguran que no hay razones
para el pánico, entre otras razones porque la economía estadounidense va
por buen camino.
Por otro lado el precio del petróleo finalizó el jueves en su nivel más
bajo desde diciembre de 2012, afectado -como el Brent en Londres- por
temores sobre la demanda energética y la abundancia de la oferta.
El
barril de "light sweet crude" (WTI) para entrega en noviembre perdió
1.54 dólares a 85.77 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex).
En
Londres, el Brent del mar del Norte pasó brevemente por debajo de los
90 dólares el barril por primera vez desde junio de 2012.
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