Wall Street vivió hoy un "déjà vu" y repitió prácticamente la jornada
precedente, aunque con unas pérdidas un poco más acentuadas, mientras
hacía lo que peor se le da hacer: esperar.
El nervio que se atribuye a los operadores de bolsa estuvo hoy en
perpetua tensión dado que todo lo importante comenzaba al cierre de
la sesión (el arranque de los resultados empresariales con la fabricante
de aluminio Alcoa en la jornada de mañana y la publicación de las actas de la Reserva Federal de Estados Unidos.
En esta sesión de suspense sostenido, los tres índices de Wall
Street se desinflaron sin remedio después de una semana pasada de
"rally" frenético.
El principal indicador, Dow Jones, bajó más de 100 puntos y perdió
su hito de los 17.000 puntos. Hasta nuevo aviso, dos días le ha durado. Y
el Nasdaq era el más perjudicado, pues llegó a estar con caídas del 2
%, y cerró con un negativo de 1,35 %.
Sin embargo, para tranquilidad de los inversores, si Alcoa sirve de
indicador para la temporada de resultadas, todo parece ir bien. Durante
el último trimestre, la aluminera se volvió a asomar a las ganancias,
tras varios trimestres lastrando sus cuentas la fuerte reestructuración
que llevó a cabo.
En cualquier caso, lo que al final le importa a los inversores, es
que las cifras estén por encima de las previsiones de los analistas, y
así fue.
Así, cabe la posibilidad de que si mañana las actas de la Reserva
Federal no tocan donde más duele (en una posible subida de los tipos de
interés antes de lo previsto), Wall Street recupere los números verdes y
no repita una sesión como la de hoy, con solo uno de sus sectores, el
de los servicios públicos, registrando ganancias.
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