Las bolsas europeas cerraron con buen ánimo tras los datos económicos
reportados hoy en la eurozona, que si bien no fueron de lo más
sorprendentes, sí alivianaron el nerviosismo de los inversores que
preveían un cuadro económico demasiado débil.
Durante el cierre del comercio europeo, el FTSE 100 ganó 0.28%, el
DAX 30 subió 0.05% y el CAC 40 avanzó 0.34%. La Bolsa de Italia despegó
0.97%, mientras que el IBEX 35 de España ganó 0.07% y el índice Stoxx
600 se elevó 0.04%.
Los índices accionarios de Europa fueron dirigidos por la publicación
de cifras macroeconómicas tanto en Europa como en Estados Unidos, ya
que los datos provisionales del Producto Interno Bruto (PIB) e inflación
de la eurozona así como las ventas minoristas estadounidenses, dieron
el impulso para terminar la semana en territorio positivo.
La economía de la zona euro logró un modesto crecimiento del 0.2% en
el tercer trimestre del año, tras la ralentización detectada en los tres
meses anteriores (0.1%), que avivó los temores sobre una tercera
recesión. Finalmente Grecia salió de la recesión al crecer un 0.7% y
España se expandió 0.5%. Además, la mejora de los datos en Francia y en
Alemania, que pasaron de datos negativos a positivos del segundo al
tercer trimestre, también influyeron en los índices accionarios.
Los datos confirman que la recuperación está en curso, pero todavía
es lenta y frágil, y si bien la evolución del PIB en el tercer trimestre
es una buena noticia, no hay que ser demasiado confiados.
Del otro lado del Atlántico, en Estados Unidos las ventas minoristas
del mes de octubre subieron 0.3% frente al +0.2% esperado, lo que fue un
buen dato en que reafirma la recuperación de la mayor economía del
mundo. Además, la buena lectura del sentimiento de consumidor de la
Universidad de Michigan en noviembre que subía a 89.4 frente 86.9 en
octubre y 87.5 esperado dio mayor confort a los inversionistas.
A pesar de que estos datos macro, en términos generales por encima de
las expectativas, no elevaron de forma relevante las bolsas europeas,
si suponen un alivio para aquellos que esperaban una mayor debilidad
económica.
La próxima semana también traerá las cifras de crecimiento del PIB de
Japón, las cuales podrían sorprender a la baja debido al aumento de los
impuestos al consumo.
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