A mitad de semana todavía quedan rastros del gran impulso que dieron
las palabras del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario
Draghi, durante la reunión de Jackson Hole, pues a pesar de los débiles
datos presentados en Alemania los índices accionarios lograron cerrar en
nota positiva.
Durante el cierre del comercio europeo, el FTSE 100 subió 0.12%, el
DAX 30 retrocedió 0.19%, el CAC 40 ganó 0.04%. El FTSE MIB
de Italia despegó 0.57%, mientras que el IBEX 35 de España repuntó 0.09% y el
índice Stoxx 600 sumó 0.01%.
Aunque con mínimas ganancias, las plazas europeas siguen teniendo en
mente la posibilidad de que la próxima semana Draghi anuncie nuevas
medidas en apoyo a la economía de la eurozona, pues las mesas de
análisis de grandes bancos ya están anticipando una mayor acción del BCE
en su reunión del 4 de septiembre.
Economistas de Deutsche Bank prevén algún tipo de alivio en la
reunión del BCE y esperan una flexibilización cuantitativa (QE, por sus
siglas en inglés) privada -como las compras de valores respaldados por
activos ABS en el sector privado - como complemento a las operaciones
específicas de refinanciación a largo plazo (TLTRO, por sus siglas en
inglés).
Estas expectativas se reforzaron luego de conocerse que BlackRock
había sido nombrado consultor del BCE para el programa de compras de
valores respaldados por activos (ABS, por sus siglas en inglés).
Pero más adelante, la agencia Reuters informó que fuentes del propio
BCE descartaban un movimiento del BCE en la reunión de la próxima
semana. El informe de Reuters citó a la fuente diciendo que la barrera
para el QE sigue estando alta.
De este modo, las expectativas de si habrá o no un mayor estímulo
siguen divididas, por lo que los inversionistas se enfocarán en los
datos de inflación de agosto, que se publicarán el viernes de la próxima
semana.
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