Ni siquiera un incremento en la confianza de los consumidores estadounidenses -única referencia del día en el apartado macro- pudo atemperar el desasosiego de los inversores ante el runrún de la guerra de divisas y la falta de contundencia para atajarla con la que ha concluido la reunión del G-20.
El parqué neoyorquino no fue capaz este viernes de revertir los recortes de ayer y acabó a la baja una sesión marcada por las ventas ya desde la apertura. Al término, el Dow Jones apuntaba una rebaja del 0,80% (11.192 puntos), mientras el S&P 500 perdió un 1,18% (1.199 enteros) y el Nasdaq, un 1,46% (2.518 puntos).
Sobre ello, prevalecía la cumbre de las veinte mayores economías del mundo. Cercar la guerra de divisas era uno de los objetivos de los presidentes y ministros que concurrieron en Seúl hasta este viernes.
El evento concluía con un llamamiento para que los países "se abstengan" de hacer devaluaciones competitivas, lo que para muchos expertos es un tibio apercibimiento. China evitaba así que la declaración incluyera una alusión explícita al freno del yuan.
Aunque el G-20 ha establecido un plan de medidas a llevar a cabo en los próximos meses para alcanzar un "crecimiento sostenido y equilibrado", China escapa airosa ya que el documento no obliga al gigante asiático a revalorizar su moneda, tal como proponía Estados Unidos.
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