Para enderezar el rumbo de su negocio de corretaje, Morgan Stanley ha contratado a más de 350 personas en los últimos 12 meses, reemplazado a dos ejecutivos experimentados y reestructurado completamente el organigrama de la firma.
Pero aún queda mucho trabajo por delante. En los próximos días, cuando la compañía neoyorquina anuncie sus resultados del primer trimestre, es probable que su ganancia neta sea inferior a la de su competidor Goldman Sachs Group Inc. por sexta ocasión consecutiva.
Algunos clientes han mostrado una paciencia sorprendente con Gorman. El ejecutivo, que asumió el mando en enero en reemplazo de John Mack, enfrenta uno de los mayores dolores de cabeza de la firma. Estos clientes dicen que están dispuestos a pasar por alto el desorden siempre y cuando Morgan Stanley se convierta en una alternativa viable en el corretaje de activos a los dos colosos de Wall Street: Goldman y J.P. Morgan Chase & Co.
Con la lección aprendida después de estar al borde del precipicio a finales de 2008, Gorman quiere reunir a compradores y vendedores para que negocien productos relativamente simples. Antes de la crisis, Morgan Stanley acumuló exóticos instrumentos financieros de los que fue difícil librarse cuando se congelaron los mercados. En 2007, Morgan Stanley sufrió una pérdida de más de US$9.000 millones en una fallida estrategia de activos hipotecarios de alto riesgo, lo que llevó a Mack a cerrar la mayoría de sus operaciones de corretaje con recursos propios, en las que una firma negocia diversos instrumentos financieros con su propio dinero.
Otras firmas de valores compiten con Morgan Stanley en la carrera para llenar los vacíos dejados por la crisis. Barclays Capital, división del banco británico Barclays PLC, Royal Bank of Canada y Nomura Holdings Inc. también han contratado más operadores.
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