El bombeo de liquidez que ha iniciado el
Banco Central Europeo (BCE) comienza a recorrer los parqués bursátiles
continentales. El Stoxx Europe 600,
índice de referencia europeo, ha subido un 1,1% y ha alcanzado los
409.15 puntos, una cota que no alcanzaba desde hace quince años, en
plena burbuja «puntocom».
El selectivo, que agrupa a 600 de las mayores empresas de 18 países, se ha visto empujado por la compra de BG por Shell, la mayor OPA de la década en el sector petrolero,
lo que ha disparado la cotización de las firmas del sector. Repsol, por
ejemplo, ha subido un 1,67% en una jornada en la que el Ibex también ha
cerrado en verde con un repunte del 0,68%.
El ambiente fue generalizado en todas las plazas europeas,
pese a la incertidumbre generada por la publicación de las actas de la
última reunión de la Reserva Federal. En ellas, se insinuaban subidas de
tipos de interés en junio por parte de algunos miembros del organismo.
Pero la desconfianza no ha alcanzado a los parqués. El índice FTSE-100
de la Bolsa de Londres ganó un 1,12%, el DAX 30 de Frankfurt avanzó un 1,08% mientras que el CAC 40 parisino cerró con una subida del 1,40%.
En Grecia, la Bolsa de Atenas ascendió 1,06%, hasta las 776,03 unidades;
en Italia, el FTSE Mib creció 0,96%, hasta los 23.803,90 puntos;
mientras que en España, el IBEX 35 ganó 0,68%, hasta situarse en las
11.734,60 unidades.
La inyección monetaria de 60.000 millones de euros al mes que inició el BCE el pasado mes se traduce en un aluvión de máximos bursátiles. Hace dos días el Ibex 35 logró volar por encima de los 11.700 puntos, un techo que no perforaba desde 2010. Ahora le ha tocado al Stoxx Europe 600.
Los inversores aprovecharon la debilidad del euro, que se comercializó a 1,07 frente al dólar, y regresaron a las compras.
Además, influyó en el ánimo inversor
la decisión de Grecia de pagar un nuevo tramo de 460 millones de euros
al Fondo Monetario Internacional (FMI), acción que le permitió eludir
nuevamente la quiebra.
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