Las
bolsas asiáticas cerraron hoy la semana con resultados mixtos, ya que
cayeron Shánghai, Hong Kong, Seúl y Singapur, mientras que avanzaron
Tailandia, Malasia y Tokio.
El
Parqué de Shanghái firmó la mayor bajada, del 1,62 por ciento, después
de seis jornadas consecutivas al alza y de marcar ayer su mejor
resultado diario en siete meses, con ganancias de un 3,23 por ciento.
Su índice general terminó la cotización hoy en 2.039,49 puntos, ó 33,5 puntos por debajo del cierre de ayer.
El mercado bursátil de Hong Kong cayó un 0,75 por ciento, después de que el índice referencial Hang Seng bajara 160,21 puntos hasta los 21.277,28
La Bolsa de Seúl cerró con un moderado descenso, del 0,41 por ciento, atribuido a las caídas generalizadas entre los principales fabricantes de automóviles surcoreanos tras revelarse que China podría ampliar las restricciones de ventas de vehículos.
El Kospi bajó 7,62 puntos, hasta 1.869,98 unidades en una sesión marcada por las principales empresas del sector del motor, cuyos títulos cotizaron hoy a la baja tras revelarse que China, principal socio comercial de Corea del Sur, podría ampliar las restricciones sobre las ventas de coches en el país, evaluaron analistas locales.
En Singapur, arrastrada por la toma de beneficios, la Bolsa de Valores de la ciudad-Estado bajó 12,86 puntos, el 0,40 por ciento, y dejó al índice Straits Times en 3.236,06.
Por contra, en Tailandia, la Bolsa de Valores de Bangkok aumentó 6,67 puntos, el 0,46 por ciento, y el índice SET acabó en 1.453,71.
En Malasia, el parqué bursátil de Kuala Lumpur creció 4,50 puntos o un 0,25 puntos, para que el índice KLCI llegase a 1.785.65.
También la Bolsa de Tokio cerró hoy la semana en su máximo desde finales de mayo, al avanzar un 0,23 por ciento animada por el optimismo en torno a la economía japonesa gracias al último informe del Banco de Japón (BOJ).
El Nikkei cerró con una subida de 33,67 puntos y quedó en 14.506,25 unidades, con el sector del acero al frente de las ganancias.
Tras sumar más de 100 puntos en la apertura, el Nikkei se desinfló y se mantuvo sin dirección casi toda la jornada, aunque consiguió cerrar en positivo y alcanzar su máximo de siete semanas.
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